Ana Botella no nos representa: las olimpiadas son deudocracia
Ana Botella, la alcaldesa no elegida, la misma que se fue a tomar un bañito mientras la negligencia urbanística desataba la tragedia del “Madrid Arena”, la heredera y copartícipe de la deuda y el modelo de ciudad de Gallardón, la alcaldesa que vacía el presupuesto de cultura, que recorta los servicios básicos a la ciudadanía, que pone en venta el patrimonio de todos , que en vez de solidarizarse con los desahuciados trata de expulsar a los vecinos que estorban en las operaciones inmobiliarias que ella misma desea poner en marcha. La alcaldesa que no pudimos votar, la alcaldesa que sigue batiendo todos los records de contaminación ambiental, la alcaldesa que ha continuado la política de privatizaciones y precarización de los servicios municipales deportivos, la alcaldesa que nos dijo que debíamos devolver a la «ciudad» con trabajo gratuito todo lo que la «ciudad» nos había dado; ahora concreta y nos pide que, como ciudadanos madrileños, estemos a la altura, que viene la visita del Comité Olímpico Internacional (COI) y que está se prolongará hasta el jueves. Se trata de una importante visita, pues es la última antes de decidir cúal será la ciudad elegida para las olimpiadas del 2020.Patética, esta es realmente la única oportunidad que ha encontrado «nuestra» alcaldesa para mostrar que tiene un Plan de ciudad, una iniciativa política de futuro en un presente cada vez más miserable. Sobra decirlo: las Olimpiadas son su única tabla de salvación y por ello el ayuntamiento concentra todo su esfuerzo en enseñarle al COI una ciudad inexistente, una ciudad «cívica», rica, dispuesta, entregada, poco que ver con la devastación que nos ha traido la crisis.
Con Recortes no hay olimpiadas
Es intolerable que una ciudad cuya ciudadanía tiene que soportar cada día las continuas llamadas a la austeridad, la contención del gasto, la pérdida de derechos colectivos y el abrocharse el cinturón, sea además una ciudad que presume de olímpica. Es obsceno ver los listados de desahucios de la comunidad de Madrid, la lista de edificios públicos vendidos al mejor postor en el mercado financiero, los recortes en sanidad y educación (¿O acaso en los colegios no se práctica deporte?). Es lamentable que se nos pida “altura de miras” mientras se subasta patrimonio común y se regalan los salarios.
Mientras haya políticas de austeridad contra el 99% no podemos permitir despilfarros en infraestructuras para enriquecer aún más a constructoras, promotoras, fondos de inversión, etc. No podemos ceder a la promesa del “empleo”, que será siempre precario, temporal, mal pagado.
Las Olimpiadas no son deporte, son Deuda
Contra la hipótesis que nos habla de unas Olimpiadas que traerán abundancia y recuperación económica recordamos que las Olimpiadas de Atenas de 2004 fueron el preludio de la crisis (La imagen que acompaña este texto es una de las muchas infraestructuras abandonadas en desde Atenas 2004) Que las Olimpiadas de Rio de Janeiro han sido el motor de la especulación urbanística en Brasil, por cierto poco distinto al ciclo inmobiliario español de los años noventa y dos mil: una burbuja inmobiliaria y después la actual miseria. ¿Londres? ¿Conocéis un país No-PIIG dónde la política de recortes, austeridad, control social y violencia institucional sea más intensa? ¿Dónde las inversiones en infraestructuras deportivas hayan sido más inútiles en términos sociales? ¿Nadie recuerda los disturbios de hace apenas dos años en la ciudad de la abundancia olímpica?
Las Olimpiadas son un mecanismo de atracción de capital financiero, un potenciador de la ciudad Marca, en definitiva, son el colofón a un modelo de ciudad basado en la especulación y la generación de macroeventos. Echemos un vistazo a las muy abandonadas ruinas de la Expo Sevillana 20 años después mientras el paro crece en Andalucía. Echemos también la vista hacia la Barcelona de los recortes, la Barcelona de la austeridad.
Dile el COI que se vaya:
Por eso saludamos las iniciativas que quieren visibilizar que Madrid no es una ciudad pacificada y abúlica que acepta en silencio la lógica del expolio durante una semana con el fin de contentar a una autoridades locales con el agua al cuello. Saludamos la huelga de metro, la presión en las redes, las concentraciones, los escraches, la visibilización del descontento y llamamos a que este mensaje se copie, se envíe, se mueva:
Para decirles que nos gusta el deporte, pero no el expolio. Para decirles que Madrid es la ciudad de la Marea Blanca y La Marea Verde. Para decirles que en Madrid no debemos, no pagamos y no queremos más inversiones irresponsables mientras se cierran escuelas y no se redefina un modelo productivo más equitativo.
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