La soberanía reside en el pueblo
“1. España se constituye en un Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político.”
y “2. La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”.
La reforma unilateral de la Constitución en septiembre de 2011 (artículo 135) por parte de los partidos políticos mayoritarios y sin consenso, sin deliberación, debates públicos, reflexión, ni consulta al pueblo español (de hecho, en contra de las protestas del mismo), atenta contra el preámbulo y contra todo el artículo primero.
“El reformazo” da prioridad al gasto de los presupuestos públicos del Estado en el pago de una “deuda” privada a los Bancos internacionales (entidades financieras responsables de esta “crisis”, del hundimiento de estados a nivel mundial) frente a las garantías de un estado social democrático de derecho (educación y sanidad públicas, garantizando la justicia, igualdad y la libertad).
La medida supone la privatización del Estado, puesto que sus fondos se destinan a mantener corporaciones privadas internacionales. El hecho de que entidades financieras internacionales dicten (y puedan dictar, merced a dicha reforma) la política nacional supone asimismo la desarticulación de España como estado independiente, requisito para que se reconozca su soberanía nacional en el ámbito internacional.
No existe soberanía popular en España, no sólo porque no existen mecanismos para hacerla efectiva (sistema electoral y ley electoral deficitarias; ley de partidos políticos antidemocrática y que permite e incluso premia la corrupción; ausencia de mecanismos de consulta y de participación directa ciudadana) sino que además lxs ciudadanxs no pueden decidir nada a nivel estatal, ni tan siquiera sus supuestos representantes, ya que éstos vendieron España a la banca en septiembre de 2011.
Grupo de trabajo de política a corto plazo Sol
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