Gobierno de España, S. A.
El Ejecutivo se suma a la ola tecnócrata que recorre la UE con el fichaje de ejecutivos de los principales sectores económicos. El mundo de las finanzas copa puestos clave a las puertas de la reestructuración que exige Europa
Cuando, el pasado martes, los altos ejecutivos de las grandes
empresas se reunieron solemnemente con el Gobierno del PP en el Palacio
de Viana de Madrid para potenciar juntos la marca España, es posible que dedicaran un buen rato a darse recuerdos antes de ponerse a trabajar.
El
presidente de Endesa, Borja Prado, por ejemplo, podía mandar saludos al
ausente ministro de Economía, Luis de Guindos, que se sentó en su
consejo hasta el mismo momento en que Mariano Rajoy formó gobierno. Y
Matías Rodríguez Inciarte, que acudió en representación del Banco
Santander, preguntar por el exjefe de la asesoría jurídica del banco,
Jaime Pérez Renovales, reclutado por Soraya Saénz de Santamaría como
subsecretario de Presidencia. O el máximo ejecutivo del BBVA, Francisco
González, interesarse quizá por Román Escolano, su director de
Relaciones Institucionales hasta hace apenas un mes, cuando fue nombrado
presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO). O Florentino Pérez
(ACS) indagar sobre Marta Silva, la secretaria de su primer mandato en
la Junta del Real Madrid y ejecutiva de su máxima confianza, a quien el
ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, ha designado abogada
general del Estado.
"La gestión mejora con tanta experiencia", dice un experto del IESE
La
lista es larguísima: el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán,
podría haber preguntado a su vez por el secretario de Estado de
Economía, Fernando Jiménez Latorre, que en plena guerra con ACS firmó,
desde la consultora NERA, un dictamen por encargo de la eléctrica
dándole la razón. Y James Muir, presidente de Seat, tuvo la oportunidad
de dejar atrás rencillas del pasado e interesarse por Luis Valero,
flamante secretario de Estado de Industria y pymes tras años al frente
de Anfac, la patronal del automóvil.
Lobbies en el Consejo
Mariano
Rajoy ha situado en el Consejo de Ministros a destacados miembros del
lobby financiero el propio Luis de Guindos, exdirectivo de Lehman
Brothers en España y consejero del Banco Mare Nostrum, al frente de
Economía, el armamentístico Pedro Morenés, consejero de hasta seis
compañías del ramo en la cartera de Defensa, y el petrolero, con Miguel
Arias Cañete como titular de Medio Ambiente, entre otros.
"La captura del regulador lleva al desastre", avisa un profesor de Esade
Pero
ha sido con el nombramiento de los siguientes escalafones del Gobierno
secretarios de Estado, subsecretarios, presidentes de organismos
oficiales cuando la impronta "tecnócrata" ha quedado más apuntalada, con
vinculaciones directas en prácticamente todos los grandes sectores
económicos de España.
"Aquí no estamos tan acostumbrados a este
fenómeno, pero en países anglosajones es lo habitual", opina José Ramón
Pin, profesor de Ética Empresarial de la escuela de negocios IESE. A su
juicio, se trata de una característica globalmente positiva: "En un
Ejecutivo que reúne tanta experiencia en situaciones tan distintas, la
capacidad de gestión aumenta", sostiene.
Este es precisamente el
razonamiento del Gobierno: atraerse a los mejores profesionales para que
el Ejecutivo sea más competente. De hecho, esta es una de las
características que mejor describe la ola tecnócrata que recorre la UE
tras la sucesión de victorias electorales de la derecha: la inclusión en
el Consejo de Ministros de ejecutivos procedentes directamente de la
gran empresa en general y del sector financiero en particular.
Catalunya abrió camino al entregar la sanidad al jefe de la patronal privada
El
nacionalista Artur Mas abrió en España el camino que ahora ha seguido
Rajoy. Tras el triunfo en las autonómicas de 2010, Mas formó un equipo
de importante componente tecnócrata, que llamó "el Gobierno de los
mejores" y que incluye al frente de Sanidad a Boi Ruiz, el exjefe de la
patronal sanitaria privada, que simboliza también la otra cara de la
moneda: el potencial conflicto de intereses. No necesariamente desde un
punto de vista personal la ley regula los casos que obligan a inhibirse o
a abstenerse, como político: ¿la gestión del consejero de Sanidad, que
promueve drásticos recortes y niega incluso que la salud sea un derecho,
busca realmente la mejora de la sanidad pública o reforzar a sus
colegas de la patronal privada?
El mismo debate es especialmente
vivo en el sector financiero y en toda la UE: destacados ejecutivos de
la gran banca han ido copando los puestos económicos clave en los países
de la UE a medida en que aumentaba la presión para regular el sector.
Hoy su huella alcanza ya 17 de los 27 ejecutivos comunitarios, pese a
que todos los expertos sitúan a la gran banca de inversión en el origen
del crash.
Captura del regulador
Inurrieta: "No se sabe dónde acaba el Ibex y dónde empieza el Gobierno"
"El
problema es claro y tiene un nombre académico: la captura del
regulador", advierte Antoni Comín, profesor de Ciencias Sociales de la
escuela de negocios Esade, quien explica el concepto así: "El servidor
público que debe regular un sector es capturado por técnicos procedentes
de ese mismo sector, al que lógicamente volverá, y muy bien retribuido,
cuando regrese al sector privado".
"Esto es precisamente lo que
ha sucedido con la crisis y nos ha llevado a la catástrofe", recalca
Comín. Y concluye: "Pese a ello, el fenómeno se extendió también a la
Unión Europea y ahora llega a España con gran intensidad".
La
banca tiene una gran presencia en el Ejecutivo de Mariano Rajoy.
Empezando por el ministro de Economía, Luis de Guindos, el hombre de
Lehman Brothers en España cuando el banco quebró, que luego pasó a
Nomura y después al área financiera de PwC y al consejo del Banco Mare
Nostrum. Pero va mucho más allá: tanto en su equipo como en el del otro
polo económico del Gobierno el de Cristóbal Montoro en Hacienda abundan
los ejecutivos procedentes del sector financiero.
El Ejecutivo ha aprobado ya varias medidas de alivio al sector financiero
"Todas
las patas principales del sector están muy bien representadas en los
puestos clave: la banca de inversión internacional, con Barclays y
antiguos ejecutivos de Lehman Brothers; la gran banca nacional, con el
Santander y el BBVA; las consultoras financieras [PwC y NERA, vinculada a
Marsh & McLennan] y los seguros y fondos de pensiones privados,
como Mutua Madrileña", subraya Alejandro Inurrieta, profesor del
Instituto de Estudios Bursátiles.
El fichaje de Flavia
Rodríguez-Ponga para la Dirección general de Seguros y Fondos de
Pensiones del Ministerio de Economía es un ejemplo de lo que en el mundo
anglosajón se conoce como "puerta giratoria": fue durante 12 años alto
cargo de esta misma dirección general hasta que, en 2004, tras la
victoria del PSOE, se convirtió en ejecutiva de Mutua Madrileña, una de
las empresas punteras del mismo sector que supervisaba desde el
Ministerio. Y ahora se completa al emprender el camino de regreso, al
frente de la dirección general, justo en el momento en que los fondos de
pensiones privados sufren una importante crisis y su patronal reclama
nuevas exenciones fiscales y la reforma urgente del sistema público para
empujar a los ciudadanos hacia los fondos privados.
Desembarco
La "puerta giratoria" es completa en la Dirección General de Seguros
El
jueves, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, anunció que el
Gobierno mejorará la fiscalidad de los planes de pensiones privados,
pese a que esta misma semana la OCDE think-tank de los países
ricos, referencia de la ortodoxia liberal advertía de que estas ayudas
fiscales son ineficientes y sugería incluso su eliminación.
El
desembarco masivo de ejecutivos procedentes del sector financiero en el
Gobierno de Rajoy no se produce en un momento cualquiera: coincide con
la exigencia de la UE de una restructuración a fondo de la banca, lo que
se ha convertido también en una des las grandes prioridades del
Ejecutivo.
Pese a que el sector está en ebullición y, por tanto,
no todos los actores tienen exactamente los mismos intereses, los
elogios a los primeros pasos del nuevo Ejecutivo han sido notables. El
viernes, en una entrevista en The Wall Street Journal, el
presidente del BBVA, Francisco González, no ocultaba su euforia: "El
nuevo Gobierno está absolutamente comprometido a resolver los problemas
del sistema financiero español de una vez por todas", explicaba.
El secretario de Estado de Economía apoyó a Iberdrola frente a ACS
Optimismo
El
banquero se mostraba optimista también ante la evolución de la UE, "una
vez se han ido los gobiernos que lo han hecho mal", una alusión, según
el rotativo estadounidense, a Silvio Berlusconi y José Luis Rodríguez
Zapatero.
De Guindos ha mantenido formalmente una actitud de
dureza ante el sector financiero, instándole a emprender una
restructuración rápida, una recapitalización de al menos 50.000 millones
y límites salariales en los bancos receptores de dinero público. Pero
más allá de las palabras, con apenas una semana en el cargo, ya tomó
tres medidas simultáneas que supusieron un gran alivio para el conjunto
del sector. Y también para BMN, que, según la mayoría de analistas, es
uno de los candidatos a solicitar dinero público y en cuyo consejo se
sentaba el ministro.
Las tres medidas se incluyeron en el decreto
del 31 de diciembre que prorrogó los presupuestos: autorizó al Estado a
otorgar avales al sector financiero por valor de 100.000 millones,
prorrogó el plazo legal para que el suelo rústico conste en los balances
como tal y no como urbanizable loque, según cálculos de Inurrieta,
salvó a la banca de provisionar 30.000 millones y evitó que las cajas se
vean obligadas a reconvertirse en fundaciones si pasan a controlar
menos del 50% del capital del banco con el que ejercen la actividad
financiera, lo que amenazaba, sobre todo, a Bankia.
"En toda el
área económica puede haber sospecha de conflicto de intereses", advierte
Inurrieta, quien re-curre a la ironía: "Ahora no se sabe muy bien dónde
acaba el Ibex y dónde empieza el Gobierno".
El marco legal
Ley de 2006José Luis Rodríguez Zapatero impulsó en su primer mandato una ley para regular los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los altos cargos.
Inhibición y abstención
La norma obliga a ministros y altos cargos "a inhibirse del conocimiento de los asuntos en cuyo despacho hubieran intervenido o que interesen a empresas o sociedades en cuya dirección, asesoramiento o administración hubieran tenido alguna parte".
También los familiares
La obligación de inhibirse o abstenerse no sólo se da ante materias relacionadas con la actividad previa del alto cargo, sino también la de "su cónyuge o persona con quien conviva en análoga relación de afectividad, o familiar dentro del segundo grado y en los dos años anteriores a su toma de posesión como cargo público".
publico.es
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