CONTRA LOS RECORTES IMPUESTOS POR EL GOBIERNO DE RAJOY
Un referéndum ‘a la catalana’ impulsado por IU pone en riesgo la estabilidad de Griñán
El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, puede encontrarse al paso de tan sólo unas semanas con el primer escollo serio de su Gobierno de coalición con Izquierda Unida: un referéndum a la catalana que la federación de izquierdas quiere poner en marcha en Andalucía para oponerse a los recortes presupuestarios que ha impuesto el Gobierno de la nación a todas las autonomías, en cumplimiento de las exigencias europeas a España. Esta misma semana, el líder de Izquierda Unida en Andalucía y vicepresidente del Gobierno andaluz, Diego Valderas, ha vuelto a insistir en su idea de promover una consulta al respecto porque “Andalucía no resiste más recortes (…) y un pueblo consultado ejerce mucha fuerza” con independencia de que su opinión “sea vinculante o no”.
En realidad, la idea de una consulta popular contra los recortes no es nueva
en el discurso político de IU de Andalucía; desde el otoño pasado los
dirigentes de esta formación han venido forzando al presidente Griñán
para que se oponga de una forma más contundente a las políticas del
Gobierno de Mariano Rajoy. Lo que hizo Griñán para calmar las ansias de
movilización social de sus socios de Izquierda Unida, a los que le debe
la Presidencia de la Junta de Andalucía ya que fue el PP quien ganó las
elecciones andaluzas, fue contrarrestar con otra propuesta de movilización, el llamado Pacto por Andalucía
con el que los socialistas andaluces esperaban poner en marcha toda la
maquinaria de asociaciones y sindicatos que le acompañan. Ha ocurrido,
sin embargo, que la agitación social del Pacto por Andalucía, que
tendría que haberse espoleado con una gran movilización el pasado 28 de
febrero, día de Andalucía, languidece en intrascendentes reuniones
parlamentarias y ya parece que no puede dar más de sí. En ese contexto,
la paciencia de los militantes de Izquierda Unida parece haberse
agotado. Y las explicaciones del ala socialista del Gobierno andaluz, en
el sentido de que la convocatoria de un referéndum “no está en el
acuerdo programático” que se firmó para la constitución del bipartito,
no parecen convencer en Izquierda Unida.
La muestra más clara de esa agitación interna en Izquierda Unida es un manifiesto que ya ha comenzado a circular por las agrupaciones de esta federación y por las redes sociales en las que se denuncia la política complaciente del Gobierno andaluz con los ajustes presupuestarios. “En la fase actual de embestidas de la oligarquía financiera internacional contra los pueblos del sur de Europa, ejecutadas por los distintos gobiernos, la política de IU-CA consiste en la justificación y aplicación de recortes sociales desde la Junta de Andalucía, con el argumento de que no hay otra alternativa y de que la derecha haría recortes aún más duros. Exactamente la misma actuación que los social-liberales de toda Europa”, se afirma en uno de los párrafos de ese manifiesto que ya han suscrito numerosos dirigentes locales y militantes, sobre todo aquellos más próximos al sindicato jornalero que lidera Sánchez Gordillo y a los sectores más radicales del Partido Comunista de Andalucía.
El problema para Diego Valderas, que representa el sector más moderado de Izquierda Unida, es que esa convulsión interna le llega en vísperas de la XIX Asamblea Andaluza de IU-CA, que se celebrará entre el 14 y el 16 de junio próximo. En ese congreso, la cúpula de Izquierda Unida se renovará y, con ella, dejará el cargo de coordinador regional el propio Diego Valderas, según ha manifestado. Valderas, que hasta ahora había logrado tejer complejas alianzas internas para mantenerse en la dirección de la federación de izquierdas de Andalucía, piensa ahora, que ya ha logrado la vicepresidencia de la Junta de Andalucía, que ha llegado el momento de la renovación.
Se establece, así, una suerte de juego de piezas de dominó en la que cabría pensar que una derrota, en esa asamblea de junio, de la línea política moderada que ha defendido hasta ahora Diego Valderas, puede acabar afectando al pacto de gobierno de coalición y, en última instancia, podría desestabilizar la presidencia de Griñán como presidente. Para acabar de agitar las aguas de la izquierda andaluza, la muerte esta semana de Hugo Chávez ha exaltado los ánimos de numerosos dirigentes, que miran la gestión del comandante con una pasión que hace palidecer las proclamas del propio Maduro. Dos ejemplos. “Ahora más que nunca, el pueblo venezolano debe ser firme ante las garras de la oligarquía y de la burguesía, que de seguro van a tratar de despojarle de todos los logros alcanzados, y debe ser garante y continuista del proyecto socialista bolivariano (…) Ahora el águila tiene su dolencia mayor . Venezuela le duele, pues le duele el amor”, que decía el manifiesto aprobado por el Partido Comunista de Andalucía. Y en correspondencia, las palabras del portavoz parlamentario de Izquierda Unida en Andalucía, José Antonio Castro: “Queremos implantar el socialismo del siglo XXI” ya que “muchísimas” de las medidas adoptadas por Hugo Chávez en Venezuela son trasladables a España. Para eso, el primer paso, un referéndum popular porque, como sostiene este portavoz de IU-CA, deben ser los andaluces los que acaben con los recortes, igual que ha ocurrido durante la revolución bolivariana con la población venezolana, que “está informada y sabe de economía desde el minuto cero”.
La muestra más clara de esa agitación interna en Izquierda Unida es un manifiesto que ya ha comenzado a circular por las agrupaciones de esta federación y por las redes sociales en las que se denuncia la política complaciente del Gobierno andaluz con los ajustes presupuestarios. “En la fase actual de embestidas de la oligarquía financiera internacional contra los pueblos del sur de Europa, ejecutadas por los distintos gobiernos, la política de IU-CA consiste en la justificación y aplicación de recortes sociales desde la Junta de Andalucía, con el argumento de que no hay otra alternativa y de que la derecha haría recortes aún más duros. Exactamente la misma actuación que los social-liberales de toda Europa”, se afirma en uno de los párrafos de ese manifiesto que ya han suscrito numerosos dirigentes locales y militantes, sobre todo aquellos más próximos al sindicato jornalero que lidera Sánchez Gordillo y a los sectores más radicales del Partido Comunista de Andalucía.
El problema para Diego Valderas, que representa el sector más moderado de Izquierda Unida, es que esa convulsión interna le llega en vísperas de la XIX Asamblea Andaluza de IU-CA, que se celebrará entre el 14 y el 16 de junio próximo. En ese congreso, la cúpula de Izquierda Unida se renovará y, con ella, dejará el cargo de coordinador regional el propio Diego Valderas, según ha manifestado. Valderas, que hasta ahora había logrado tejer complejas alianzas internas para mantenerse en la dirección de la federación de izquierdas de Andalucía, piensa ahora, que ya ha logrado la vicepresidencia de la Junta de Andalucía, que ha llegado el momento de la renovación.
Se establece, así, una suerte de juego de piezas de dominó en la que cabría pensar que una derrota, en esa asamblea de junio, de la línea política moderada que ha defendido hasta ahora Diego Valderas, puede acabar afectando al pacto de gobierno de coalición y, en última instancia, podría desestabilizar la presidencia de Griñán como presidente. Para acabar de agitar las aguas de la izquierda andaluza, la muerte esta semana de Hugo Chávez ha exaltado los ánimos de numerosos dirigentes, que miran la gestión del comandante con una pasión que hace palidecer las proclamas del propio Maduro. Dos ejemplos. “Ahora más que nunca, el pueblo venezolano debe ser firme ante las garras de la oligarquía y de la burguesía, que de seguro van a tratar de despojarle de todos los logros alcanzados, y debe ser garante y continuista del proyecto socialista bolivariano (…) Ahora el águila tiene su dolencia mayor . Venezuela le duele, pues le duele el amor”, que decía el manifiesto aprobado por el Partido Comunista de Andalucía. Y en correspondencia, las palabras del portavoz parlamentario de Izquierda Unida en Andalucía, José Antonio Castro: “Queremos implantar el socialismo del siglo XXI” ya que “muchísimas” de las medidas adoptadas por Hugo Chávez en Venezuela son trasladables a España. Para eso, el primer paso, un referéndum popular porque, como sostiene este portavoz de IU-CA, deben ser los andaluces los que acaben con los recortes, igual que ha ocurrido durante la revolución bolivariana con la población venezolana, que “está informada y sabe de economía desde el minuto cero”.
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