La censura mediática silencia que 3158 españoles se han suicidado por la crisis, 119 de ellos por desahucios
Artículos de Opinión | Un espía en el Congreso | 09-06-2013 |
Esta semana ha ocurrido en Málaga, uno más. Leandro C.M.G., de 36 años de edad, se ha quemado a lo bonzo frente a la Junta de Andalucía, que le había negado una ayuda para atender a su madre, que falleció por ello. El político responsable, delegado territorial de Salud y Bienestar Social en Málaga, el socialista Daniel Pérez, se lavó las manos: “su expediente no se resolvió favorablemente porque no se presentó la documentación solicitada”.Hasta el presidente andaluz, José Antonio Griñán, se mostró inflexible: “no consta ninguna solicitud en la Junta de Andalucía”.
Su caso apenas suscitó unas líneas en la prensa ni generó interés en el resto de la sociedad, cuando este mismo hecho en Túnez, cuando el joven universitario y vendedor ambulante, Mohamed Bouazizi, se prendió fuego y produjo desde 2010 una oleada de revoluciones y derrocamientos de partidos en el mundo árabe: Túnez, Egipto, Libia, Siria y ahora Turquía, donde la sociedad civil también ha hecho retroceder al “sultán” Erdogán manifestándose masivamente en la calle sin perder su capacidad de intimidar a los políticos.
La crueldad e insensibilidad de los políticos en torno al drama de la pobreza y el paro ha convertido a España en la vergüenza del mundo, sin que los poderes públicos se aperciban de la gravedad de la catástrofe para quienes la sufren. Este cataclismo ha obligado al movimiento 15-M a abrir una página en wikipedia para intentar cuantificar el número de suicidios en España relacionados con la crisis, cifra que va a aumentando cada mes. No están incluidas las tentativas como la del joven Leandro en Málaga, lo que incrementaría notablemente la cifra.
La situación parece evidenciar que en España, ante la falta de alternativas políticas, los ciudadanos optan por quitarse la vida antes que rebelarse contra el régimen o ayudar a su derrocamiento o sustitución. Algunos movimientos sociales están barajando la idea de dar a conocer los nombres de los políticos con cargo y sueldo vigente que desempeñan su labor en la provincia en la que se produce el suicidio de un ciudadano por las crisis, para poder hacerlos algún día responsables del mismo. El propio Leandro, con quemaduras en un 50% de su cuerpo que le han destrozado la vida, culpó a Rubalcaba y a la Junta de Andalucía por su desesperación. Los ciudadanos saben bien donde apunta el origen del drama.
Aunque la prensa y las administraciones públicas lo silencian, ya es oficial que el suicidio es la primera causa de muerte violenta en España, pues en 2011 aumentó a 3.158 casos debido a la pobreza, al paro y a los desahucios, según el Instituto Nacional de Estadística. La enumeración se hace muy difícil en estos casos, que solo transcienden muy pocas veces a la prensa y cuya relación se publica en cualquier caso con mucho retraso. Uno de los escasos datos que se conocen fue divulgado por Tercera Información y Mundo Obrero, dos diarios que han investigado el drama y han estimado en 119 el número de personas que se quitaron la vida entre enero y noviembre de 2012 al ser desahuciados por no poder pagar la hipoteca bancaria.
El desastre se agrava porque los periodistas del régimen son obligados a silenciar estos sucesos, ya que los medios de comunicación son víctimas de una creencia política, alimentada por la “casta”, que presupone que la publicación de la noticia de un suicidio provoca un sentimiento de imitación en quien, padeciendo las mismas circunstancias que el afectado, la lee o escucha. Esto lleva al silencio y a la censura, en unos momentos en que es fundamental conocer cual es la realidad del verdadero impacto de la crisis económica en las clases medias y trabajadoras de España.
Fuente: http://espiaenelcongreso.wordpress....
Su caso apenas suscitó unas líneas en la prensa ni generó interés en el resto de la sociedad, cuando este mismo hecho en Túnez, cuando el joven universitario y vendedor ambulante, Mohamed Bouazizi, se prendió fuego y produjo desde 2010 una oleada de revoluciones y derrocamientos de partidos en el mundo árabe: Túnez, Egipto, Libia, Siria y ahora Turquía, donde la sociedad civil también ha hecho retroceder al “sultán” Erdogán manifestándose masivamente en la calle sin perder su capacidad de intimidar a los políticos.
La crueldad e insensibilidad de los políticos en torno al drama de la pobreza y el paro ha convertido a España en la vergüenza del mundo, sin que los poderes públicos se aperciban de la gravedad de la catástrofe para quienes la sufren. Este cataclismo ha obligado al movimiento 15-M a abrir una página en wikipedia para intentar cuantificar el número de suicidios en España relacionados con la crisis, cifra que va a aumentando cada mes. No están incluidas las tentativas como la del joven Leandro en Málaga, lo que incrementaría notablemente la cifra.
La situación parece evidenciar que en España, ante la falta de alternativas políticas, los ciudadanos optan por quitarse la vida antes que rebelarse contra el régimen o ayudar a su derrocamiento o sustitución. Algunos movimientos sociales están barajando la idea de dar a conocer los nombres de los políticos con cargo y sueldo vigente que desempeñan su labor en la provincia en la que se produce el suicidio de un ciudadano por las crisis, para poder hacerlos algún día responsables del mismo. El propio Leandro, con quemaduras en un 50% de su cuerpo que le han destrozado la vida, culpó a Rubalcaba y a la Junta de Andalucía por su desesperación. Los ciudadanos saben bien donde apunta el origen del drama.
Aunque la prensa y las administraciones públicas lo silencian, ya es oficial que el suicidio es la primera causa de muerte violenta en España, pues en 2011 aumentó a 3.158 casos debido a la pobreza, al paro y a los desahucios, según el Instituto Nacional de Estadística. La enumeración se hace muy difícil en estos casos, que solo transcienden muy pocas veces a la prensa y cuya relación se publica en cualquier caso con mucho retraso. Uno de los escasos datos que se conocen fue divulgado por Tercera Información y Mundo Obrero, dos diarios que han investigado el drama y han estimado en 119 el número de personas que se quitaron la vida entre enero y noviembre de 2012 al ser desahuciados por no poder pagar la hipoteca bancaria.
El desastre se agrava porque los periodistas del régimen son obligados a silenciar estos sucesos, ya que los medios de comunicación son víctimas de una creencia política, alimentada por la “casta”, que presupone que la publicación de la noticia de un suicidio provoca un sentimiento de imitación en quien, padeciendo las mismas circunstancias que el afectado, la lee o escucha. Esto lleva al silencio y a la censura, en unos momentos en que es fundamental conocer cual es la realidad del verdadero impacto de la crisis económica en las clases medias y trabajadoras de España.
Nuevas denuncias sobre el alarmante número de suicidios en España por la brutal crisis económica y el paro descomunal
Numerosos lectores están haciendo llegar nuevos testimonios y denuncias sobre el número de suicidios en España a causa de la crisis económica y el paro. Ante el silencio estadístico oficial y la complicidad de la mayor parte de la prensa, el testigo lo están tomando algunos medios y organismos que se atreven a dar cifras y porcentajes, aunque solo sean tentativos, porque es la única manera de sensibilizar a la opinión pública ante una tragedia de la que los políticos hacen oídos sordos. La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Asociación Española de Psiquiatría Privada (Asepp) o la European Job Movility Portal (EURES) se están tomando en serio este alarmante número de suicidios en el país de Europa con más desempleo (6,2 millones) y donde la crisis golpea de forma más brutal ante la insensible actitud de sus “representantes” en las instituciones públicas.
“La Estadística de suicidio se ha realizado ininterrumpidamente desde 1906 hasta 2006. Con periodicidad anual, ha recogido información tanto de los suicidios consumados como de las tentativas, estudiando el acto del suicidio con todas las circunstancias de tipo social que puedan tener interés”, reconoce el Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero justamente cuando la crisis empezaba a golpear a España, el Gobierno de Zapatero silenció los datos: “Desde 2007, siguiendo los estándares internacionales en la materia, se ha adoptado la decisión de suprimir los boletines del suicidio, y obtener la información estadística relativa al suicidio a partir de la información que ofrece el boletín de defunción judicial que se utiliza para la Estadística de Defunciones según la Causa de Muerte”.
El programa SUPRE (Suicide Prevention) de la OMS, dirigido a periodistas, recomienda no informar sobre los suicidios y atribuirlos a deficiencias mentales, nunca a la opresión económica o la asfixia laboral. Las asociaciones de la prensa en España también han recogido estas recomendaciones. El problema es que el “silencio estadístico y mediático” está previsto para épocas de “normalidad” económica, pero no de colapso social, pues si estos sucesos se esconden, jamás podrán ser analizados para poder evitarlos. Y no son las únicas censuras: las compañías aéreas recomiendan a los periódicos silenciar los accidentes de avión de otras latitudes si quieren acogerse a las compras masivas de ejemplares para su distribución en vuelos. Otras veces la censura es pura y dura, como ocurrió con el trágico accidente de metro en Valencia. Y es que en España, el debate se produce sobre las noticias que deben ser censuradas, no sobre el hecho arcaico y medieval de que la censura siga existiendo como en el siglo XIX, según reconocen los propios periodistas en encuestas que garantizan su anonimato y se realizan desde la universidad.
“La crisis arruina y mata. En España se producen a diario casos de suicidio ante los que los medios no informan. Se trata de no provocar alarma social y de atenuar la tragedia, se dice. De nuevo los efectos por encima de las causas. Y las causas tienen nombre y apellidos: casta política y financiera. Uno de los últimos casos ha sido el de una mujer minusválida en Málaga. La prensa ocultó el suceso, pese a la aparatosidad de su muerte, presenciada en vivo desde la calle por más de un centenar de personas“, denunciaba el diario “Alerta Digital”, que prosigue: “Son noticias que sacuden el país casi a diario y que no se mencionan. Ningún responsable político habla de la proliferación de suicidios en España. Pocas veces aparecen reflejados en las crónicas de sucesos. Aunque no hay cifras oficiales y muchos de estos casos se camuflan como accidentes, hay un suicidio diario a consecuencia de la precariedad económica, según EURES, la red creada por la Comisión Europea para facilitar la movilidad laboral. Es un presente duro el que está viviendo España. Tal vez el peor desde la guerra civil española. Y lo peor es que hay poco margen para la esperanza. ¿Cuántos más suicidios se seguirán ocultando en los próximos meses?“
La Asociación Española de Psiquiatría Privada (Asepp) también ha advertido de un repunte de la tasa de suicidios en España desde los 10 casos por 100.000 habitantes que se registraban hace tres décadas hasta los 15 casos actuales, un aumento del 50% que se ha producido de forma progresiva, y que se ha agravado como consecuencia de los efectos de la crisis económica. Incluso el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) precisa en un informe que desde el inicio de la crisis económica se han efectuado 350.000 ejecuciones hipotecarias en España y las estadísticas indican que 34% de los suicidios que se producen son por los desahucios.
Stop Desahucios ha explicado que los suicidios son asesinatos de los que “son responsables todas las entidades e instituciones que los han provocado. Este ‘terrorismo de Estado’ está siendo protagonizado por las autoridades judiciales, por los banqueros, por los políticos y las administraciones públicas. ¿Cuántos muertos, esta vez no en fosas comunes sino en sus propias viviendas, necesita este Estado criminal para impedir los desahucios”, denuncia en una nota de prensa. Y es que según un reciente estudio de la revista científica “The Lancet”, que vincula la recesión económica de 2008 con el aumento de suicidios en la Unión Europea, el aumento del desempleo entre 2007 y 2009 (un 35% más en toda la UE) está relacionado con el incremento de las muertes voluntarias y esa es la razón por la que, al igual que en España, el suicidio termina liderando las causas externas de muerte en toda la UE.
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