“Sampedro conectaba con lo más valioso: las emociones y el conocimiento al servicio del bienestar y del progreso humano”
Decía Salvador Allende que ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica. Quizás por eso, José Luis Sampedro tuvo una veta de juventud que lo acompañó hasta los 96 años.
Con palabras sencillas hilvanaba un diálogo que apostaba por la cooperación frente a la competencia, por los valores frente a los intereses, por el ser humano frente al dinero, por la vida frente a las injusticicias.
Conversamos sobre él con Juan Torres, catedrático de Economía aplicada de la Universidad de Sevilla, Carlos Martínez, presidente de ATTAC Andalucía, Concha Caballero, profesora de literatura en la Universidad de Granada y Alberto Montero, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga.
Decía Salvador Allende que ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica. Quizás por eso, José Luis Sampedro tuvo una veta de juventud que lo acompañó hasta los 96 años. En el último tiempo la voz lo abandonó algunas veces pero nunca la elocuencia. Con palabras sencillas hilvanaba un diálogo que apostaba por la cooperación frente a la competencia, por los valores frente a los intereses, por el ser humano frente al dinero, por la vida frente a las injusticicias. Lo suyo era una apuesta de vida discreta forjada por el conocimiento de un sistema acabado. Al estilo de los mounstros de Gramsci, Sampedro decía “Se acabó el imperio, empezó la barbarie”.Hablamos sobre su persona con Juan Torres, catedrático de Economía aplicada de la Universidad de Sevilla, Carlos Martínez, presidente de ATTAC Andalucía, Concha Caballero, profesora de literatura en la Universidad de Granada y Alberto Montero, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga.Lo digo emocionado y con el corazón: nunca nadie me honró tanto, tan generosamente y con tanta humildad. ¡Gracias, José Luis Sampedro, por haber sido así y por seguir entre nosotros para siempre con tu enseñanza!
José Luis Sampedro (Random House Mondadori)
“Mucha gente joven quiere aprender de la gente mayor en su experiencia de lucha” C. Martínez
“La gente con la edad se va volviendo más posibilista, abandonan los ideales. Sin embargo, el proceso de Sampedro fue al contrario. Con los años se hizo más comprometido socialmente, más lúcido y ha llegado hasta el final de su vida con un compromiso muy fuerte con los de abajo” C. Caballero
“Su convencimiento de que nos estaban llevando últimamente a la barbarie” C. Caballero
“Sampedro dejó un legado muy importante, no sólo una Escuela de economía estructuralista sino sobre todo en la clarificación de los procesos de desarrollo” A. Montero
“El reafirmar de una forma muy contundente que para que exista el desarrollo es imprescindible el subdesarrollo: el dolor, el sufrimiento, la carencia de unos tiene la contrapartida feliz para otros de vivir en unas condiciones de vida mejores” A. Montero
“La barbarie no ha llegado aún, las cosas todavía se pueden poner mucho peor. El sistema según se van agudizando sus contradicciones, van apareciendo los monstruos” A. Montero
“No creo que Sampedro pensara que el sistema se ha hundido, pero sí que cada día que pasa se profundiza la barbarie” A. Montero
“Sampedro aportó la centralidad del ser humano, de las personas normales y corrientes, la idea de que el centro de cualquier análisis económico tienen que ser las personas y más concretamente el sufrimiento de los más desvalidos, los más pobres” J. T. López
“Un capitalismo que se niega a terminar de ser la fuerza destructiva que es” J. T. López
“Encandilaba y conectaba con los más importante, con lo más valioso del ser humano: las emociones y el conocimiento al servicio del bienestar y del progreso humano” J. T. López
“Queda una obra, una enseñanza, un testimonio tan vivos que los podemos tener presente día a día cualquiera que sea el momento de la historia o por muchos que sean los años que pasen” J. T. López
“El reconocimiento y el espacio se da a quien consagra los poderes, a quien avala las políticas que se hacen, y se margina, se oculta y se desprecia y se destruye a quien tiene la valentía como tenía Sampedro de levantar las piedras para que se vean los gusanos que hay en nuestra sociedad” J. T. López
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