De Bibiana Aído a Ana Mato
¿Recuerdan a Bibiana Aído? Sí, sí, la ministra de Igualdad de Zapatero. Bien. Ahora imaginen lo siguiente:
Bibiana Aído era coordinadora de Participación y Acción Sectorial del PSOE y después de Organización, entre otros cargos en el partido que gobernaba en La Moncloa, cuando las empresas de una red que lograba contratos generosos (y oscuros) de gobiernos del PSOE pagaron algunos de sus viajes (a Jerez, Santiago, Tenerife, Suiza e Irlanda, por poner unos ejemplos) e incluso fiestas de cumpleaños de sus hijos en su propia casa. Claro que ella, hoy ministra de Igualdad, no sabía nada puesto que era su marido formal -del que estaba informalmente separada- quien se ocupaba de estas cosas. Ni siquiera cuando la ministra se asomaba al garaje y veía coches de lujo aparcados.
¿Imaginan los relámpagos que habrían caído sobre Bibiana Aído si esto hubiera sido realidad? ¿Recuerdan cómo el propio Zapatero la dejó caer cuando la ministra fue saltando de charco en charco a mayor gloria de sus enemigos? Claro que esos charcos eran los cursos de educación sexual que tanto soliviantaban a algunos rancios, la famosa confusión cuando habló de "miembras" o la propia existencia de un Ministerio que se convirtió en anatema para muchos.
Obviamente no es ella hoy la ministra de Igualdad sino Ana Mato, y no son charcos los que pisa sino pantanos procelosos los que recorre como un corcho a flote. Y eso nos coloca ante un curioso caso de doble rasero en el teatro del absurdo al que nos está acostumbrando este gobierno de Rajoy, cuya mejor muestra fue aquello de "Todo es falso, salvo alguna cosa". La última se ha producido estos días con el pago de 229.000 euros al ex marido de Mato como indemnización por despido improcedente.
El presidente no solo no ha forzado una dimisión recomendable por higiene democrática, sino que ha defendido varias veces a la ministra que disfrutó supuestamente de los viajes y fiestas pagadas por la red Gürtel. Antes lo hizo con Camps. Y con Bárcenas. Bibiana Aído era coordinadora de Participación y Acción Sectorial del PSOE y después de Organización, entre otros cargos en el partido que gobernaba en La Moncloa, cuando las empresas de una red que lograba contratos generosos (y oscuros) de gobiernos del PSOE pagaron algunos de sus viajes (a Jerez, Santiago, Tenerife, Suiza e Irlanda, por poner unos ejemplos) e incluso fiestas de cumpleaños de sus hijos en su propia casa. Claro que ella, hoy ministra de Igualdad, no sabía nada puesto que era su marido formal -del que estaba informalmente separada- quien se ocupaba de estas cosas. Ni siquiera cuando la ministra se asomaba al garaje y veía coches de lujo aparcados.
¿Imaginan los relámpagos que habrían caído sobre Bibiana Aído si esto hubiera sido realidad? ¿Recuerdan cómo el propio Zapatero la dejó caer cuando la ministra fue saltando de charco en charco a mayor gloria de sus enemigos? Claro que esos charcos eran los cursos de educación sexual que tanto soliviantaban a algunos rancios, la famosa confusión cuando habló de "miembras" o la propia existencia de un Ministerio que se convirtió en anatema para muchos.
Obviamente no es ella hoy la ministra de Igualdad sino Ana Mato, y no son charcos los que pisa sino pantanos procelosos los que recorre como un corcho a flote. Y eso nos coloca ante un curioso caso de doble rasero en el teatro del absurdo al que nos está acostumbrando este gobierno de Rajoy, cuya mejor muestra fue aquello de "Todo es falso, salvo alguna cosa". La última se ha producido estos días con el pago de 229.000 euros al ex marido de Mato como indemnización por despido improcedente.
Pero analicemos durante un instante más la otra contradicción, la que hoy nos lleva a este Blog Mujeres en honor al cargo de ministra de Igualdad por el que los contribuyentes también pagamos a la titular de Sanidad.
¿Es responsable una esposa de los actos de su marido? Obviamente no.
¿Es responsable una esposa de los actos de su exmarido informal, aunque lleve cinco años separada de facto? Obviamente tampoco.
¿Es responsable una ministra, esposa o no, de sus actos? Obviamente sí. Pasados o presentes. Que Ana Mato haya disfrutado de viajes pagados por la red Gurtel, según recoge la policía en su informe elevado al juez, la convierte en persona incompatible con un cargo público. Que fuera la organizadora de las fiestas de cumpleaños que amables empresas contribuían a decorar para sus hijos sin que ella se preguntara quién pagaba la factura no la exime de la mancha ya extendida sobre su honorabilidad. Que todo eso ocurriera mientras ella ejercía cargos estratégicos en el Partido Popular solo añade más negritud y corrientes al pantano oscuro.
En el mejor de los casos, si ella no ha delinquido, mala suerte, debe irse. En el peor, también.
Que ella continúe en el Gobierno es ya demasiado incomprensible. Que, además, mantenga la cartera de Igualdad mientras se refugia en la ignorancia de lo que hacía su marido tiene un tufo a épocas que creíamos superadas. No manchen más, por favor, el concepto de igualdad.
de;blog/Mujeres
Este espacio nace para contar los cambios que está aportando la mujer a un mundo en transformación, para detectar desigualdades y para albergar debates bajo esta premisa clave: una sociedad desarrollada y libre no puede funcionar si no permite idénticas oportunidades a la mitad de la población.
Hombres y mujeres sois bienvenidos.
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